Día Mundial de la Salud Mental 2022

En este 10 de octubre de 2022 se celebra el Día Mundial de la Salud Mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha escogido como lema “Hagamos de la salud mental y el bienestar para todos una prioridad global” (Make mental health & well-being for all a global priority).

Como la OMS recuerda, las crecientes desigualdades sociales y económicas, los conflictos prolongados, la violencia, las elevadas cifras de personas desplazadas por la fuerza y las emergencias de salud pública afectan a poblaciones enteras y amenazan el progreso hacia un mayor bienestar. Se debe profundizar en el valor y el compromiso que otorgamos a la salud mental como individuos, comunidades y gobiernos, y avanzar con más dedicación e inversión por todos los implicados. Se debe fortalecer el cuidado de la salud mental mediante una red comunitaria de servicios y apoyos accesibles, asequibles y de calidad.

El estigma y la discriminación siguen siendo una barrera para la inclusión social y el acceso a la atención adecuada. Es importante tomar conciencia del papel que podemos desempeñar para contribuir a mejorar la salud mental y el Día Mundial de la Salud Mental es una oportunidad para hacerlo colectivamente. Queremos un mundo en el que se valora, promueve y protege la salud mental; donde todos tengan igualdad de oportunidades para disfrutar de la salud mental y ejercer sus derechos humanos; y donde todos puedan acceder a la atención de salud mental que necesitan.

Conseguir una atención a la salud mental basada en los derechos de la ciudadanía, la integración social, el cuidado prioritario a las personas y grupos más frágiles, la lucha contra el estigma y el desarrollo de prácticas centradas en la recuperación de la persona sigue siendo un objetivo prioritario.

En este sentido, urge que los planes y estrategias de nuestro Sistema Nacional de Salud recojan un compromiso decidido por potenciar y actualizar la atención a la salud mental. Pero no de cualquier manera.

Desde la Asociación Asturiana de Salud Mental defendemos, como también hace la propia OMS, numerosos organismos internacionales y nacionales y asociaciones de personas con sufrimiento psíquico y experiencia en primera persona, que la potenciación de la atención a la salud mental se debe hacer desde estos principios:

1.El respeto de los Derechos Humanos y la disminución de las prácticas coercitivas hasta su pronta erradicación.

2. Una práctica centrada en la persona, en el apoyo a su autonomía, la recuperación y el respeto a la dignidad.

3. Un modelo público de base comunitaria, que garantice la continuidad de los cuidados, con un enfoque que vaya más allá del modelo biomédico y tenga una perspectiva holística que considere todos los aspectos de la vida de la persona fomentando intervenciones psicológicas, psicosociales y de apoyo entre homólogos

4. Un lenguaje cuidadoso, no estigmatizante, que incorpore términos relativos a la salud y no solo a la enfermedad o el déficit.

5. Priorizar el cuidado de las personas y grupos más frágiles

6. Implicar al sector social para apoyar el acceso a la educación, el empleo, la vivienda y las prestaciones sociales a las personas con sufrimiento psíquico y discapacidades psicosociales.

7. Atender a los determinantes sociales en la salud. La pobreza y la marginación están relacionados con peores indicadores de salud. Las estrategias asistenciales se deben planificar teniendo en cuenta esta realidad.

8. Tener en cuenta la perspectiva de género.

9. Fomentar la promoción y el cuidado de los profesionales. La apuesta clara por la interdisciplinariedad y la intersectorialidad. Tomar medidas para que las ratios de profesionales en los equipos asistenciales alcancen los estándares recomendados. Estimular la formación continuada y la investigación.

En este sentido, instamos a que el nuevo plan de salud mental de Asturias tenga en cuenta estos principios para dar solución a necesidades propias, como: evitar la “sanitarización” de los problemas de la vida cotidiana, mejorar la atención a los trastornos mentales graves evitando la institucionalización de las personas que los padecen, proceder a la modernización y adecuación de los programas y recursos para la atención a la infancia, adolescencia y las personas mayores, dar atención a poblaciones con necesidades específicas: sin hogar, penitenciaria, etc., poner en marcha un plan de prevención del suicidio que lo contemple como un problema multifactorial, resolver la infradotación general de personal, actualizar y dinamizar la relación entre los servicios de salud mental y los recursos comunitarios incluida la atención primaria y abrir cauces de participación activos a las personas con experiencia en primera persona.

AEN Asturias

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